¿Se la han jugado? La tecnología ya está suficientemente fusionada con la geopolítica, así que los movimientos de las tecnológicas afectan a la política. Y viceversa. Un punto muy caliente lo tenemos en Taiwán: la isla, de gobierno democrático proocidental, es un hervidero de compañías tecnológicas. Algunas realmente importantes para el devenir de la tecnología, al menos hasta ahora. Concretamente, TSMC, el, hasta el momento, mayor fabricante de chips del planeta. Una de las razones por las que China y Estados Unidos no se llevan del todo bien es, precisamente, TSMC: es básica para el futuro de la industria. Por eso Estados Unidos ha conseguido que TSMC haya ubicado alguna fábrica en el país: para no depender tanto de las ubicadas en Taiwán, donde hay una historia geopolítica que trasciende (o no) a la tecnología (ya sabes: que China busca la reunificación y Taiwán no está por la labor). Pues bien, resulta que a pesar de las buenas relaciones de TSMC con Estados Unidos y su ecosistema digital, algo que ha obligado a China a crear sus propios chips... parece que TSMC ha tenido relaciones comerciales con Huawei, una empresa china en el ojo del huracán después de que medio Occidente casi prohibiera (cuando no 'prohibiera' sin el casi) sus productos por sus supuestos vínculos con el Gobierno de China. Al menos, esa es la acusación del Departamento de Comercio de Estados Unidos, que cree que TSMC llegó a acuerdos secretos con Huawei para fabricarle chips. Que la compañía no lo haya negado de forma tajante alimenta el salseo. De demostrarse, la cosa se pondría más caliente que el potaje de tu abuela. |
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