En esta edición de Hola Mundo Tech hemos invitado a Daniel Espejo: ex General Manager de Klarna y escritor de Súper Neurona: la newsletter definitiva para padres interesados en la educación de sus hijos. ¡Os animo a que os suscribáis! El miedo al fracasoPor Daniel Espejo El miedo al fracaso es algo a lo que muchos nos enfrentamos, sobre todo en un entorno profesional donde la expectativa del éxito parece ser el estándar. A menudo, el temor a cometer errores nos frena a la hora de asumir riesgos o probar nuevas ideas. Lo que distingue a los profesionales más exitosos no es la ausencia de errores, sino la capacidad de aprender rápidamente de ellos y adaptarse. En lugar de evitar el fracaso, deberíamos buscar convertirlo en una oportunidad de aprendizaje, adoptando un enfoque que favorezca la iteración y la mejora continua. El aprendizaje rápido como clave del éxitoInvertir demasiado tiempo en tomar decisiones por miedo a equivocarnos puede costarnos mucho más que un error inicial. Equivocarse rápido no implica actuar de manera imprudente, sino tomar decisiones informadas, probarlas lo antes posible y aceptar que pueden fallar. De hecho, cuanto más rápido fallamos, más rápido podemos ajustar el rumbo. La clave está en ver estos fallos como una retroalimentación necesaria en el proceso de creación. La metodología Lean, ampliamente adoptada en startups tecnológicas, basa su éxito en la capacidad de iterar rápido: fallar rápido y corregir el rumbo sin perder tiempo ni recursos valiosos. Este ciclo de prueba y error, que inicialmente puede parecer un proceso ineficiente, es en realidad lo que permite a las empresas lanzar productos de éxito y adaptarse a mercados que cambian a gran velocida. Cómo saber que nos estamos equivocandoReconocer que estamos cometiendo un error es el primer paso para corregir el rumbo y mejorar. Sin embargo, en muchas ocasiones, identificar el error no es tan sencillo como parece. A menudo, estamos tan inmersos en nuestras rutinas y proyectos que perdemos la capacidad de detectar señales clave que indican que algo no está funcionando como debería. Una de las formas más claras de saber que nos estamos equivocando es la falta de resultados tangibles. Una buena práctica suele ser el establecer métricas claras de éxito (OKRs) desde el principio, lo que permite medir el progreso de manera objetiva. Si esas métricas no se están alcanzando, es un fuerte indicativo de que algo debe cambiar. Otro buen indicador es la resistencia constante por parte de los equipos, usuarios o clientes. Si nos encontramos enfrentando críticas recurrentes o si las soluciones que proponemos no logran la aceptación necesaria, es posible que haya un desajuste entre lo que estamos ofreciendo y lo que realmente se necesita También podemos notar que nos estamos equivocando cuando aparece una desconexión entre lo que hacemos y los objetivos a largo plazo. Si nuestras decisiones o proyectos parecen alejarse cada vez más de la visión general de lo que queremos lograr, es hora de reflexionar y reajustar. El papel del feedbackTodo esto también aplica a nivel personal. Si enfocamos nuestras carreras profesionales con la misma mentalidad ágil, tendremos una mayor capacidad para mejorar nuestras habilidades y tomar decisiones más informadas en el futuro. En lugar de aferrarnos a una única estrategia, debemos estar dispuestos a probar, fallar y ajustar. Sin embargo, es fundamental que pidamos feedback con cierta frecuencia a la gente que trabaja con nosotros. Principalmente porque ellos verán errores y opciones de mejora que en muchos casos a nosotros se nos pasarán por alto. Mentalidad de crecimiento frente a mentalidad fijaCarol Dweck, psicóloga de la Universidad de Stanford, ha demostrado a través de sus investigaciones la existencia de dos tipos de mentalidades: la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento. En la mayoría de los casos, las experiencias que hemos tenido de niños, determinan en buena medida cuál de estas dos mentalidades prevalece a lo largo de nuestra vida. Las personas con una mentalidad de crecimiento han aprendido que las habilidades pueden desarrollarse con el esfuerzo, la enseñanza y la persistencia. Dweck sostiene que esta mentalidad se fomenta cuando se aprende a no ver el fracaso como una señal de incapacidad, sino como una oportunidad de mejora. El proceso de enfrentarse al fracaso y aprender de él es fundamental para que nos atrevamos a asumir desafíos y explorar sin miedo a fallar. Crear una cultura donde se acepte el errorLas empresas que penalizan el fracaso o que crean una cultura de miedo a equivocarse limitan su capacidad para innovar y crecer. Al final, los empleados tienden a tomar los mínimos riesgos posibles y esto minimiza cualquier posibilidad de mejora tanto en procesos como en productos. Para que el fracaso se convierta en una herramienta de crecimiento, es fundamental que las organizaciones creen un entorno en el que el error sea aceptado. Cuando los profesionales sienten que pueden cometer errores sin represalias, están más dispuestos a proponer ideas creativas y a probar enfoques nuevos. Si te ha gustado, no olvides pulsar en el ❤️. 👨👩👦👦 Si te has acordado de alguien al leer este post, alégrale el día y compárteselo: Para no perderte ninguna edición puedes:
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martes, 15 de octubre de 2024
#126 😨 El miedo al fracaso
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