Algunos los recordaréis y a otros os parecerá mentira, pero al principio Google no tenía anuncios. El buscador te mostraba resultados puros e inmaculados, sin más. Su buen funcionamiento hizo el resto, y pronto todo el mundo estaba utilizándolo.
Fue entonces cuando Google comenzó a integrar más y más publicidad y resultados promocionados. Y aquello,
además de romper su buscador, dejó claro que en esta vida nadie regala duros a cuatro pesetas.Pero claro, la opción era que pagáramos por buscar, y nadie quería eso.
Nos enfrentamos a un dilema similar en el mundo de la IA. Los chatbots que ahora usamos gratuita y alegremente nos salen —en la mayoría de los casos— gratis. Para un uso más intensivo lo ideal es pagar por las versiones premium: ChatGPT tiene
ChatGPT Plus y Gemini
tiene Gemini Advanced, por ejemplo.
No son servicios baratos, pero es que lo serán aún menos próximamente. OpenAI ya
ha revelado que plantea ir subiendo los precios gradualmente, y es muy probable que el resto hagan lo mismo. Anthropic, creadora del chatbot Claude, acaba de incrementar los precios de acceso para su API más avanzada, Haiku: cuesta
cuatro veces más que su predecesora.
Eso nos hace vislumbrar un futuro claro. Uno en el que la IA más avanzada nos saldrá muy cara, la IA avanzada será de pago y la IA "estándar" será gratis, pero con una pega: la publicidad.
Perplexity y
Microsoft ya mostraron su intención de integrar anuncios en sus resultados, y es probable que ese modelo acaba extendiéndose a otros servicios "gratuitos".
Parece difícil que eso no ocurra. Y por eso precisamente os invito a que atesoréis estos momentos mágicos en los que ChatGPT —que acaba de lanzar
su propio buscador—, Claude,
Gemini o Copilot nos contestan sin cartelitos de "Promocionado" o "Anuncio" como parte de sus respuestas. Igual dentro de poco comienzan a hacerlo.
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