No quiero pensar en cómo se vivió en las oficinas de
CrowdStrike. Imagina que un error de tu equipo provoca un
colapso a nivel mundial. Decenas de aerolíneas paralizadas, millones de personas afectadas y miles de empresas sin poder trabajar. Todo por una actualización de controladores errónea.
Es como las
peores pesadillas del Efecto 2000.... pero en 2024. Se suponía que esta empresa de ciberseguridad estaba para proteger los servidores Azure de la nube de Microsoft, pero ha acabado provocando
pantallazos azules de la muerte en todos los ordenadores de las organizaciones que trabajan con Windows. Afortunadamente
tuvo solución, pero el caos ha sido enorme.
No ha sido ningún ciberataque, pero sí una crisis con los sistemas informáticos como nunca se había visto. El día en el que
la aviación puso pie a tierra, el día en que las máquinas dejaron de funcionar. Y todo por un error.
Un fallo en Austin que se ha notado en todas partes. Es como el clásico efecto de las alas de mariposa. Alguien toca un botón en un lado del mundo y termina porque
un señor de Girona no puede salir del parking. Y lo peor es esa sensación de que no ha sido un problema grave ni complejo, sino problablemente un simple fallo humano. Tal y como ha reconocido George Kurtz, CEO de CrowdStrike, un "defecto en una actualización". ¡Tierra, trágame!.
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