Estados Unidos lleva tiempo buscándole las cosquillas a TikTok. Esta red social, el último gran fenómeno de un segmento frenético, tiene un problema fundamental con ese país: que no es de allí. O más bien, que es china.
Eso hace que desde que empezara a convertirse en un absoluto éxito EEUU haya barajado cómo vetarla. Donald Trump
estuvo a punto de hacerlo en 2020, pero finalmente todo quedó en agua de borrajas. Ahora la cosa parece aún más seria, y el presidente
Joe Biden ha aprobado la ley que permitirá bloquear esta red social en su país. Lo harán en los próximos 270 días (más 90 días de gracia) a menos que TikTok sea vendida a una empresa estadounidense. Interesante precisamente eso. ¿No podría ser española? Uhm.
El argumento que esgrime el gobierno de EEUU es que la plataforma se ha convertido en un problema de seguridad nacional. Las sospechas sobre recolección masiva de datos y vía para espiar de forma global vienen de lejos. Ni los funcionarios de EEUU
ni los europeos pueden tener la app en sus móviles, por ejemplo, por miedo a que se acaben filtrando datos sensibles a través de dicha aplicación. La entonces vicepresidenta de la Comisión Europa y Comisaria de Competencia, Magrethe Vestager, lo dejó claro: "a veces me pregunto si deberíamos aflojar un poco.
Y la respuesta es no".
Desde luego la UE no está aflojando en absoluto con TikTok tampoco: mantiene
dos procedimientos formales para evaluar si la plataforma está incumpliendo la DSA, pero es que además ha acabado provocando que
TikTok suspenda el programa de recompensas de su nueva y polémica hermana pequeña,
TikTok Lite. Nada más salir, la UE la calificó de "tóxica y adictiva", y como suele decirse, de aquellos polvos, estos lodos.
Comienza por tanto un periodo de incertidumbre total en el que cual TikTok acabe buscando novia —Microsoft y Oracle ya se perfilaron en el pasado—, pero mientras ese acoso y derribo continúa —y no seré yo quien defienda esa red social—, aparece un pensamiento en mi cabeza. Facebook, que lleva años
recolectando datos que acabaron siendo utilizados para (supuestamente)
influir en procesos electorales, jamás ha sido vetada fuera de ese país, con
unas pocas excepciones.
Y entre ellas, por supuesto, está China.
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