El móvil en las aulas tiene los días contados, o eso cree la Comunidad Valenciana, cuya Conselleria d'Educació anunció esta semana que
quedarán prohibidos a partir de mañana, lunes 6 de mayo. Justificó esta decisión con dos argumentos principales: su uso como herramienta de acoso, y la pérdida de concentración que genera.
La nueva normativa solo permitirá su uso durante las actividades educativas contempladas en el proyecto educativo del centro, o por razones de salud. Para todo lo demás, el móvil no podrá ser usado durante toda la jornada escolar. Hasta ahora, la política de uso del teléfono era libre para cada centro. Desde mañana seguirán este criterio unificado.
Este anuncio llega unos pocos días después de que
Noruega publicase un informe sobre este tipo de prohibición. Hablaba de una reducción del 60% de consultas por síntomas psicológicos, reducción de casos de
bullying y una mejora notable de los resultados académicos femeninos. También de un impacto mayor en población de menos recursos.
Podemos esperar ver cómo este tema sigue acaparando buena parte de la agenda durante un tiempo.
Cataluña lo prohibió hace unos meses, pero de una forma algo más tímida. Otra corriente aboga por integrarlo y educar en su uso responsable. El debate no ha hecho más que empezar.
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