A Elon Musk le va la marcha. Y los proyectos casi imposibles, también. ¿Quiere usted revolucionar la industria de la automoción? Ahí está Tesla. ¿Cómo era eso de que no podíamos tener
cohetes reutilizables? Espere, que
le añado otro que es capturado gigante en su reentrada.
Puede que con X la cosa se esté torciendo un poco bastante, pero por si no tuviera suficiente, a Elon Musk ahora se le ha puesto entre ceja y ceja hacer algo especialmente complicado: lograr que su país
no gaste tanto dinero.
Tras
su apoyo de la candidatura de Donald Trump, Musk
se ha puesto al frente de un departamento llamado —
con mucha sorna— DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) para hacer que EEUU sea mucho más eficiente.
Para poner en marcha su proyecto Musk no se ha rodeado de políticos o economistas, y en lugar de eso
ha optado por crear un equipo de tecnólogos y personalidades de Silicon Valley. De paso pretende que quienes trabajen para este departamento lo hagan
por amor al arte. O a su país, suponemos.
Las ideas que se barajan son desde luego polémicas. Por ejemplo, Musk pretende establecer una "estrategia de despidos" y
el adiós al teletrabajo entre los funcionarios del gobierno.
Esas medidas drásticas le dieron resultado cuando compró Twitter y de hecho
presume de ello: despidió al 80% de la plantilla y lo cierto es que la red social sigue funcionando. Otra cosa es que lo haga como nos gustaría, pero una cosa es segura: es más eficiente. Y por lo visto quiere aplicarse el cuento para su nuevo y mastodóntico proyecto. Veremos si puede también con esto.
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